El puesto del portero de fútbol es particular dentro del deporte. Desde lo estético es un puesto que utiliza diferente indumentaria, un color distinto al resto de los compañeros. Desde lo reglamentario es el único que puede- mientras el balón está en juego- utilizar las manos. En general, es una posición que tiene características distintas a la del resto de los jugadores de campo, lo que hace que quien lo practique, deba tener – y desarrollar- habilidades específicas. Es una posición que constantemente debe demostrar alto nivel de competencia en aspectos relacionados al ataque y a la defensa en el juego, ya que, al ser una posición crítica dentro de la cancha, un error o un acierto puede significar el cambio en el resultado de un partido.
Estas características particulares de la posición hacen que el portero deba tener grandes habilidades psicológicas, para así enfrentarse a las situaciones estresantes que el partido o los entrenamientos le presentan.
En esta serie de artículos de MoveKeeper, enumeraremos algunos de ellos y entregaremos una serie de recomendaciones y ejercicios para que, a la hora de entrenar y enfrentarse a la competencia, puedan potenciar las habilidades ya presentes y mejorar su rendimiento deportivo.
¿Muy bien? ¡Comencemos!
Lo primero es entender que son las habilidades psicológicas y porque son importantes para el desarrollo del deportista. Hay diversos autores que han realizado una clasificación de ellas, desde su importancia en diversos deportes a la relevancia en el funcionamiento óptimo del deportista.
Las habilidades psicológicas en el deportista son todas aquellas habilidades mentales que permiten mejorar el rendimiento, obtener mayor beneficio y placer o lograr mayor satisfacción con la actividad física o deportivas¹.
Las habilidades más importantes y por tanto, más entrenadas en los deportistas, se relacionan con el manejo y control de la Activación, la habilidad de Visualización, el desarrollo de la Autoconfianza, el aprendizaje en el Establecimiento de metas, el manejo de la Concentración y, finalmente, como trabajar y mantener la Motivación.
Lo importante es entender que para poder desarrollarlas hay que ser sistemático, disciplinado y constante en los ejercicios y entrenamientos ya que, al igual que los músculos, si uno deja de entrenarlos existe la posibilidad de que se atrofien o pierdan su fuerza.
Entonces, ¿tienes el compromiso que se necesita para mejorar? Si lo tienes estás en excelente camino a convertirte en un portero de alto rendimiento, pero si tu respuesta es no, ¡No te preocupes! De seguro con las herramientas que te entreguemos encontrarás la motivación y el compromiso necesario para serlo.
BIBLIOGRAFÍA
¹ Weinberg & Gould (2011). Fundamentos de Psicología del Deporte y del Ejercicio.
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